Precio de la cola del barco Rolls-royce
¿Qué haces cuando tienes más dinero del que puedes agitar un palo y un amor obsesivo por los coches caros y los relojes igualmente extravagantes? Conseguir un Rolls-Royce diseñado para ti desde cero con un par de relojes Bovet para acompañarlo, eso es. Y eso es sólo el comienzo, revela Simon de Burton, al informar sobre un encargo peculiarmente único
Esta mañana, mientras intentaba ajustar el reloj LED de mi Audi de 17 años, que llevaba 11 horas de retraso por culpa de una pila agotada, me vinieron a la mente las sabias palabras de F. Scott Fitzgerald: “Déjenme hablarles de los muy ricos. Son diferentes a ti y a mí…”.
En su lugar, pidieron a los diseñadores de la marca, orgullosamente británica y de propiedad alemana, que colaboraran con la casa de relojes suiza Bovet 1822 para fabricar no sólo un “reloj” que adornara el “salpicadero” del coche (como los muy ricos llaman al salpicadero), sino dos. Relojes para él y para ella que no sólo tienen esferas a ambos lados para permitir que se inviertan cuando se llevan en la muñeca, sino que también se pueden sacar de sus correas y encajar en el coche para servir como “relojes de salpicadero” de alta relojería.
Los rollos más caros-royce
El fabricante de coches de lujo Rolls-Royce acaba de presentar el coche de cuatro plazas Boat Tail 2021, con un precio de 28 millones de dólares (más de 200 millones de libras), encargado en el marco de su nuevo programa de construcción de coches. Mientras el mundo sigue babeando por el que ya es el vehículo más caro del mundo, se especula que los propietarios de la magnífica creación de cuatro ruedas son la cantante estadounidense Beyoncé y su marido y rapero Jay-Z.
El Boat Tail personalizado, que tardó más de cuatro años en ser construido a mano, manifiesta los gustos personales de sus clientes en cuanto a lujo, matices y personalización. Basándose en el diseño y las características del vehículo, una fuente del Telegraph afirma que el Rolls-Royce Boat Tail personalizado coincide con los gustos de la poderosa pareja en todos los sentidos.
Al atar cabos, lo primero que surgió fue la pintura azul oceánica del vehículo. Se cree que el azul es el favorito de Beyoncé y Jay, hasta el punto de que llamaron a su hija “Blue Ivy”. Rolls-Royce, en su comunicado de prensa oficial, califica la pintura exterior como “el color favorito del cliente”. Para garantizar una aplicación suave, se pasó un dedo por la línea definitiva de la carrocería antes de que la pintura se hubiera secado por completo para suavizar sus bordes.
Logotipo de Rolls-royce
En la misma semana en la que ha dado los primeros detalles de su EV de 2023, Rolls-Royce ha presentado por primera vez en el Concorso d’Eleganza Villa d’Este (Italia) el ultraexclusivo Boat Tail, fabricado en carrocería.
El modelo más caro que la marca británica ha producido hasta la fecha toma un nombre que se utilizó por última vez para una serie de Rolls-Royce construidos en carrocería en los años 20 y 30, y hace referencia a una parte trasera distintiva que imita el casco de un yate de clase J.
Se trata de un audaz e imponente gran turismo de dos puertas y cuatro plazas, con una longitud de 5.900 mm y un techo desmontable. Se han fabricado tres ejemplares a mano, fuertemente personalizados según los deseos de sus compradores, que participaron en todo el proceso de diseño.
Añadió: “Los clientes nos animaron totalmente a proyectar el futuro de la marca, y puedo decir con orgullo que éste es nuestro coche; éste es el coche que queríamos que fuera”.
“Los clientes establecieron desde el principio que querían crear algo que nunca habían visto antes”, dijo Innes. “Apreciaron las señas de identidad del diseño de Rolls-Royce y nos animaron a ir más allá de los rasgos familiares que vemos hoy en día y a diseñar algo que apuntara al futuro”.
Pris de cola de barco de Rolls-royce
El Boat Tail es todo un festín sensorial. Este último proyecto de Rolls-Royce es uno de los tres únicos automóviles personalizados de inspiración náutica que se han encargado. Al recorrer su alargada silueta, la carrocería aparece como una única superficie transparente, sin interrupciones de paneles. En la parte trasera, el tema de los veleros se hace patente. Al pulsar un botón, en un gesto inspirado en los conceptos de voladizo del arquitecto Santiago Calatrava, la cubierta se abre en forma de mariposa teatral para revelar una intrincada suite de alojamiento con una caja de champán hecha a medida, dos botellas de vino base Armand de Brignac, caviar y blinis. Por último, las mesas de cóctel se abren a ambos lados de la cubierta y dan acceso a un par de taburetes de picnic. El Boat Tail se centra en estos placeres inesperados.
“Existe mucho más allá de un mero medio de transporte”, dice Alex Innes, jefe de diseño de Rolls-Royce Coachbuild mientras me guía por el coche en una sección sellada en la planta británica de la empresa en Goodwood. “El Boat Tail no consiste en llegar a un destino”, sonríe, “es el destino mismo”. Abre las puertas ceremoniales del autocar y me asomo al interior. El espacio está pulcramente confeccionado y es un templo de ideas. Aquí se siente la presencia tranquilizadora de la mano y el ojo humanos. El Boat Tail es un tour de force estilístico y es visceralmente estimulante. No se me ocurre una experiencia mejor para poner fin a meses de encierro y, al menos por un momento fugaz, disipar los oscuros nubarrones de esta pandemia.
